Según los testimonios, las condiciones en el frente son extremadamente duras, con alimentación precaria y un entorno coercitivo que impide la deserción. "Por decir que no quieren ir y que les den la baja, los encierran", relató Nelly.

A pesar de ser formalmente parte de las Fuerzas Militares de Ucrania, los familiares sienten un total desamparo y falta de información. Nelly Rodríguez señaló que "son más de 150 familias que estamos en la misma situación" y que el patrón de desaparecidos parece afectar específicamente a los colombianos. Las familias ahora enfrentan no solo la incertidumbre y el dolor, sino también la carga económica de intentar repatriar los cuerpos de sus seres queridos.