El plan busca establecer un escudo protector para infraestructuras críticas y centros estratégicos, aprovechando la experiencia militar que Ucrania ha desarrollado en su defensa contra los ataques rusos. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha respaldado firmemente la medida, que se enmarca en un esfuerzo más amplio por aumentar la autonomía y capacidad defensiva del continente. El programa SAFE, dotado con 150.000 millones de euros, complementaría esta estrategia fomentando la compra conjunta de equipamiento militar prioritario, como munición y sistemas antidrones, aunque la idea de una mayor centralización en defensa por parte de la Comisión Europea todavía genera recelos en potencias como Francia y Alemania.