Sin embargo, el respaldo europeo a Ucrania enfrenta obstáculos internos significativos, principalmente por parte de Hungría. El mandatario húngaro, considerado el principal aliado de Vladimir Putin dentro de la UE, expresó su rechazo a cualquier medida de financiación adicional para Kiev, manteniendo su postura de veto que bloquea decisiones clave. Esta división también afecta el proceso de adhesión de Ucrania a la Unión Europea. A pesar de que Kiev asegura haber completado los requisitos jurídicos necesarios, el veto húngaro impide el avance. Para superar este estancamiento, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, propuso modificar las reglas de votación, pasando de la unanimidad a una mayoría cualificada para la apertura de negociaciones, una medida que podría acelerar la integración de Ucrania y reducir la capacidad de un solo país para bloquear la voluntad colectiva del bloque.