El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha elevado significativamente la tensión retórica en el conflicto al advertir que el Kremlin podría convertirse en un objetivo militar si Moscú no detiene sus ataques contra la infraestructura ucraniana. Esta declaración representa una de las amenazas más directas emitidas por Kiev contra el corazón del poder ruso desde el inicio de la invasión. La advertencia de Zelenski se produjo en un contexto de creciente preocupación por la seguridad de la infraestructura energética de Ucrania, especialmente tras la desconexión de la central nuclear de Zaporiyia. El mandatario afirmó que si Rusia continúa provocando apagones en Ucrania, incluida la capital Kiev, la respuesta podría ser simétrica, dejando a Moscú "a oscuras". Esta amenaza sugiere que Ucrania podría estar dispuesta a atacar la infraestructura energética rusa como represalia.
Además, Zelenski fue más allá al señalar explícitamente al Kremlin como un posible blanco.
Advirtió que la sede del gobierno ruso podría ser atacada si Moscú no cesa la invasión que lanzó en 2022. La respuesta de Moscú no se hizo esperar. El Kremlin calificó las declaraciones del presidente ucraniano como "irresponsables", desestimando la capacidad de Ucrania para llevar a cabo tal ataque, pero reconociendo la escalada en el discurso. Por su parte, el presidente de Bielorrusia, Alexánder Lukashenko, un aliado clave de Putin, comentó sobre la amenaza de Zelenski, afirmando que Rusia tiene una "buena oferta" para Ucrania, insinuando que la vía diplomática sigue abierta, aunque bajo los términos de Moscú. Estas declaraciones marcan un punto de inflexión en la comunicación estratégica de la guerra, donde Ucrania busca disuadir futuros ataques rusos mostrando una postura más agresiva y una disposición a llevar el conflicto directamente a territorio ruso.
En resumenLas amenazas del presidente Zelenski de atacar objetivos estratégicos en Moscú, incluido el Kremlin, representan una escalada verbal significativa en el conflicto. Aunque su viabilidad es incierta, esta postura busca crear un elemento de disuasión frente a los continuos ataques rusos contra la infraestructura crítica de Ucrania.