Aunque el Kremlin asegura que no serán enviados a Ucrania, existe escepticismo sobre esta afirmación.

En un ataque separado en la región de Sumy, una pareja y sus dos hijos pequeños murieron a causa de un dron ruso. Por su parte, Moscú afirmó haber destruido 81 drones ucranianos en la región de Volgogrado. La magnitud de la ofensiva rusa provocó reacciones inmediatas de los países vecinos. Polonia, por ejemplo, movilizó su aviación y cerró parte de su espacio aéreo como medida de precaución ante la proximidad de los ataques a su frontera, mientras la OTAN reforzó su vigilancia en la región del Báltico.