Están financiando la guerra contra sí mismos”.

Cuestionó la lógica de esta dependencia energética, señalando que mientras luchan contra Rusia, continúan comprándole petróleo y gas, lo cual calificó de “vergonzoso”.

Esta crítica se enmarca en su llamado a que Europa “dé un paso adelante” y asuma una mayor responsabilidad en el conflicto, argumentando que la proximidad geográfica les exige un mayor compromiso.

El presidente estadounidense subrayó que, a pesar de las sanciones, Estados Unidos y la Unión Europea todavía importan miles de millones de euros en energía y materias primas rusas. Esta dependencia, según Trump, debilita el impacto de las medidas punitivas contra el Kremlin y prolonga el conflicto. El presidente francés, Emmanuel Macron, por su parte, ha calificado la compra de energía rusa por parte de Europa como un “problema marginal”, evidenciando una diferencia de perspectiva entre los líderes occidentales sobre la urgencia y el alcance del desacoplamiento energético de Rusia.