Un portavoz del ministerio español confirmó el suceso, pero aclaró que no afectó a la aeronave debido a que esta cuenta con un “sistema cifrado”.

Este tipo de interferencias, conocidas como 'GPS jamming', se han multiplicado en la región del Báltico, afectando tanto a la aviación civil como a la militar.

Las sospechas recaen sobre Rusia, dado que Kaliningrado es un enclave fuertemente militarizado.

Estos actos son considerados por los analistas de seguridad como una forma de guerra electrónica destinada a desestabilizar, probar las defensas y demostrar capacidad tecnológica sin llegar a un enfrentamiento militar directo. La OTAN está abordando esta amenaza a través de la innovación tecnológica, realizando pruebas con sistemas de bajo coste para proteger buques y aeronaves de interferencias y otras amenazas emergentes, en un esfuerzo por adaptarse a la naturaleza cambiante del conflicto en Europa.