Las repetidas incursiones de aeronaves militares rusas en el espacio aéreo de países miembros de la OTAN han provocado una enérgica respuesta de la Alianza Atlántica, que advierte sobre el riesgo de una escalada y reafirma su compromiso con la defensa colectiva. Estos incidentes son percibidos como una prueba deliberada a los límites y la capacidad de reacción de la organización. La escalada de provocaciones rusas ha generado una condena generalizada y ha puesto a prueba la cohesión de la OTAN. Los incidentes más notables incluyen la violación del espacio aéreo de Estonia por tres cazas rusos MiG-31 el 19 de septiembre, lo que llevó a Tallin a solicitar una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU y a invocar consultas bajo el Artículo 4 del Tratado de Washington.
Asimismo, se han reportado incursiones en Polonia y Rumania, lo que ha llevado al primer ministro polaco, Donald Tusk, a advertir que su país volverá a derribar drones rusos si violan su territorio.
La OTAN ha respondido de manera contundente, desplegando aviones aliados para interceptar y escoltar a las aeronaves rusas y emitiendo comunicados que califican el comportamiento de Moscú como “irresponsable” y “peligroso”. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha declarado que la Alianza se toma los incidentes “muy en serio” y usará “toda la fuerza” para defenderse. Por su parte, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, alertó sobre la necesidad de evitar la “trampa de escalada” que, según él, el presidente ruso Vladímir Putin ha establecido. Estas acciones se enmarcan en un patrón de comportamiento agresivo que, según la Alianza, pone en peligro vidas humanas y amenaza la seguridad regional, llevando a la OTAN a reforzar su postura defensiva en todo el flanco oriental mediante operaciones como “Centinela Oriental”.
En resumenLas incursiones aéreas rusas son vistas como una provocación deliberada para medir la respuesta de la OTAN. La Alianza ha reaccionado con firmeza, condenando las acciones, realizando intercepciones y reafirmando su compromiso con el Artículo 5, mientras refuerza su presencia militar en el flanco oriental para disuadir futuras agresiones.