En paralelo, las fuerzas ucranianas han continuado con su estrategia de golpear objetivos dentro del territorio ruso.

Según autoridades locales rusas, un dron ucraniano impactó en la región de Samara, causando la muerte de cuatro personas. Este tipo de ataques transfronterizos demuestra la creciente capacidad de Kiev para llevar el conflicto al interior de Rusia, afectando áreas alejadas del frente de batalla. Además de este intercambio de ataques aéreos, Rusia afirmó haber logrado avances tácticos en el terreno, con la toma de una aldea en la región de Dnipropetrovsk. Este cruce de acusaciones y ataques mortales subraya la brutalidad continua del conflicto y el alto costo humano que pagan los civiles en ambos países.