Este enfoque busca cerrar las brechas que han permitido a la economía rusa mantener cierta resiliencia. El diseño de este paquete tiene además una dimensión política, ya que se ha elaborado en parte para alinearse con la postura más dura de la administración de Donald Trump en Estados Unidos, con la esperanza de que Washington se sume a la iniciativa y se presente un frente occidental unificado. España ha manifestado su respaldo a las medidas, apoyando el uso de los activos rusos congelados para financiar a Ucrania y comprometiéndose a recortar la importación de gas ruso, en línea con la estrategia del bloque.
