La visita, enmarcada por acuerdos económicos y tecnológicos, expuso las complejidades de mantener un frente unido en Occidente, con la guerra en Ucrania como uno de los principales retos. Desde Kiev, el presidente Volodímir Zelenski aprovechó la ocasión para dirigirse directamente a Trump a través de una entrevista, pidiéndole una "posición clara frente a Moscú" que incluyera sanciones y garantías de seguridad para Ucrania. Este llamado refleja la preocupación ucraniana sobre la futura política exterior de Estados Unidos y la necesidad de un compromiso firme y continuo por parte de sus aliados occidentales para hacer frente a la agresión rusa.
