Las tropas rusas continúan ganando terreno en el frente oriental de Ucrania, particularmente en la región de Donetsk. La captura de nuevas localidades y el avance hacia puntos estratégicos intensifican la presión sobre las defensas ucranianas y provocan una nueva oleada de desplazamientos de civiles. Según los informes, las fuerzas rusas anunciaron la toma de dos pueblos en la región de Donetsk y una aldea en Dnipropetrovsk. El avance más significativo se dirige hacia Kostantínovka, una ciudad considerada un punto clave en la carretera hacia Kramatorsk, la "capital" de la parte del Donbás aún bajo control de Kiev. La ciudad ha sido objeto de bombardeos diarios que han causado al menos tres muertes y han obligado a un número creciente de habitantes a abandonar la zona.
Los civiles que huyen describen una situación desesperada, con la línea del frente acercándose y los ataques volviéndose indiscriminados.
Muchos de los desplazados llegan a centros de registro en localidades más seguras, como Lozova, en la región de Járkov, buscando refugio. Esta ofensiva terrestre rusa demuestra la intención de Moscú de consolidar su control sobre el Donbás, a pesar de la resistencia ucraniana. La táctica de bombardear intensamente las áreas urbanas antes del avance de las tropas busca desmoralizar a la población y facilitar la ocupación, a un alto costo humanitario.
En resumenEn el este de Ucrania, las fuerzas rusas han logrado avances territoriales, capturando varias localidades en las regiones de Donetsk y Dnipropetrovsk. La ofensiva y los bombardeos constantes sobre ciudades estratégicas como Kostantínovka están provocando una grave crisis humanitaria y forzando a los civiles a huir.