Este nuevo paquete, preparado desde julio, es descrito como particularmente ambicioso.
Entre las medidas más destacadas se encuentra la propuesta de eliminar por completo las compras de gas natural ruso, un paso significativo para cortar una de las principales fuentes de ingresos de Moscú. Además, se busca prohibir las transacciones con criptomonedas, un sector que Rusia ha utilizado para evadir las restricciones financieras existentes. Una de las novedades más relevantes es la intención de sancionar a empresas de India y China que estén ayudando a Rusia a eludir las sanciones, lo que indica una estrategia más agresiva para cerrar las vías de escape económicas del Kremlin. La propuesta también contempla restringir aún más la concesión de visados turísticos a ciudadanos rusos.
El diseño de este paquete parece tener en cuenta el panorama político internacional, con algunas fuentes señalando que se ha elaborado en parte para "complacer a Donald Trump" y alinear a Estados Unidos con la estrategia europea. España ha manifestado su respaldo a estas medidas, abogando por "aumentar al máximo la financiación para Ucrania" a través del uso de activos rusos congelados y la reducción de las importaciones de gas.