Según su prima, Johana Lozano, su principal motivación era ofrecer un futuro mejor a su madre, que padece cáncer, y a sus dos hijas menores.
“El sueño de él era comprarle una casita a la mamá para que no sufriera más.
Decía que allá iba a ganar mejor”, relató.
Tras varias semanas de combate, la familia perdió contacto con él, hasta que otros combatientes les confirmaron su muerte en un enfrentamiento junto a otros tres jóvenes de Neiva. El dolor de la familia se vio agravado por la noticia de que su cuerpo no pudo ser recuperado, ya que quedó en la zona de combate controlada por el enemigo. La historia de Caquimbo Lozano es representativa de la de muchos otros latinoamericanos que, con experiencia militar previa, ven en la legión extranjera de Ucrania una oportunidad económica que no encuentran en sus países, a pesar de los enormes riesgos.