La propuesta fue presentada en un encuentro diplomático y representa un nuevo frente en la estrategia de Washington para asfixiar económicamente al Kremlin. Según fuentes de la administración estadounidense, el objetivo es cerrar una de las principales vías de financiación de la maquinaria de guerra rusa. China e India se han convertido en compradores clave del crudo ruso, aprovechando los descuentos ofrecidos por Moscú ante el cierre de los mercados europeos.
Esta situación ha permitido que Rusia mantenga un flujo de ingresos significativo, mitigando el impacto de las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados. La imposición de un arancel del 100% sería una medida de presión económica extrema, no solo contra China e India, sino también contra cualquier otro país que facilite la venta de petróleo ruso. La iniciativa de Trump busca forzar a los socios europeos a adoptar una postura más dura y coordinada, ampliando el alcance de las sanciones más allá de Rusia para incluir a terceros países que, según Washington, están permitiendo la continuación del conflicto en Ucrania. La medida, de ser adoptada, podría generar una escalada en las tensiones comerciales a nivel global.