Las autoridades ucranianas calificaron el ataque como un acto deliberado contra la población civil. El presidente Volodímir Zelenski compartió un video que mostraba las consecuencias del bombardeo, con cadáveres esparcidos por el suelo cerca del vehículo de correos, que quedó gravemente dañado.
Este suceso pone de relieve la extrema vulnerabilidad de los no combatientes en las zonas cercanas a los combates. La selección de un objetivo civil en un momento de alta congregación de personas vulnerables refuerza las acusaciones de crímenes de guerra contra las fuerzas rusas. El ataque no solo causó una pérdida significativa de vidas, sino que también interrumpió un servicio esencial para la supervivencia de la población local, que depende de estas pensiones para subsistir en medio del conflicto. Este evento se suma a una serie de ataques contra infraestructura y objetivos civiles que han caracterizado la guerra en el este del país.