No puedo ir a Moscú cuando mi país sufre ataques con misiles a diario. No puedo ir a la capital de este terrorista”. Añadió que Putin “entiende esto”, sugiriendo que la oferta no era sincera. Por su parte, el Kremlin había afirmado que Putin “nunca ha estado en contra de reunirse con Zelenski” y que, si el líder ucraniano estaba listo, la reunión se celebraría en Moscú. Este intercambio pone de manifiesto el abismo de desconfianza que separa a ambos líderes, haciendo prácticamente imposible un diálogo directo en las capitales de sus respectivos países. La postura de Ucrania es que cualquier negociación es imposible mientras continúe la ofensiva militar, una condición que choca con la insistencia de Moscú en que Kiev acepte las nuevas realidades territoriales.
