La iniciativa, liderada por Francia, busca consolidar un respaldo militar por "tierra, mar y aire", aunque su efectividad depende del crucial apoyo de Estados Unidos. En una cumbre en el Palacio del Elíseo, denominada la 'Coalición de los Voluntarios', el presidente francés, Emmanuel Macron, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, delinearon un plan para asegurar la soberanía de Ucrania en la posguerra. Zelenski afirmó que "más de 20 países están dispuestos a poner soldados en Ucrania en una posguerra", un compromiso que busca evitar que Rusia vuelva a invadir el país. Por su parte, Macron enfatizó que el objetivo no es "librar una guerra contra Rusia", sino disuadirla de futuros ataques.
Este pacto representa un paso significativo de los aliados europeos para tomar la iniciativa en la seguridad del continente. Sin embargo, el plan enfrenta la fuerte oposición de Moscú y, fundamentalmente, la incertidumbre sobre el rol de Estados Unidos. El presidente Donald Trump ha manifestado que no desea enviar militares a territorio ucraniano, limitando la posible ayuda estadounidense a logística o comunicaciones. El internacionalista Jesús Agreda Rudenko analizó la situación destacando que es necesario "involucrar a Estados Unidos para que presione a Rusia". La cumbre de París también sirvió para presionar a Washington, ya que Macron señaló que si Moscú no acepta una propuesta de encuentro con Kiev, Estados Unidos podría imponer una "sanción económica contundente". La materialización de estas garantías de seguridad, por tanto, está intrínsecamente ligada a la postura que adopte la administración Trump.