El presidente francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Friedrich Merz, y el primer ministro polaco, Donald Tusk, asistieron a las conmemoraciones del Día de la Independencia de Moldavia. Durante una conferencia de prensa conjunta con la presidenta moldava, Maia Sandu, Merz afirmó que “la puerta de la Unión Europea está abierta” para Moldavia. Macron, por su parte, contrastó el modelo de la UE con el pasado soviético, destacando que es “una unión de tranquilidad y de prosperidad” que respeta la soberanía, a diferencia de Rusia. La visita del llamado “Triángulo de Weimar” se considera un respaldo crucial para el gobierno proeuropeo de Sandu, que enfrenta elecciones legislativas en septiembre contra una oposición apoyada por el Kremlin. Los líderes europeos destacaron que la adhesión a la UE representa una “oportunidad histórica” para la seguridad y prosperidad de Moldavia. La preocupación por la influencia de Moscú es palpable, ya que Moldavia tiene regiones autónomas, como Transnistria, que son aliadas de Rusia.
El bloque europeo teme que el Kremlin esté interfiriendo en los asuntos internos del país para desestabilizarlo y frenar su acercamiento a Occidente.