Estos terrenos pantanosos actuarían como barreras naturales infranqueables para vehículos blindados y, al mismo tiempo, contribuirían a la lucha contra el cambio climático.

Estas medidas se complementan con un notable aumento en los presupuestos de defensa; por ejemplo, Lituania ya destina el 5,5% de su PIB a este rubro y ha adquirido tanques Leopard 2A8. Esta fortificación masiva refleja un cambio profundo en la percepción de seguridad en Europa, materializando la división geopolítica con una infraestructura defensiva visible desde el aire.