"Hemos llegado a Moldavia con dos comunicados.

La puerta de la Unión Europea está abierta para esa nación", afirmó Merz. La visita es estratégicamente importante, ya que se realiza un mes antes de unas elecciones legislativas cruciales en las que el gobierno proeuropeo de la presidenta Maia Sandu se enfrenta a una oposición apoyada por el Kremlin. Macron enfatizó la naturaleza pacífica de la UE, contrastándola con la esfera de influencia rusa: "La UE no amenaza a nadie y respeta la soberanía de todos. (...) No se parece en nada a la Unión Soviética". Los líderes europeos argumentaron que la integración en la UE representa una "oportunidad histórica" para la seguridad y prosperidad de Moldavia, dándole acceso a un mercado de 450 millones de consumidores. Esta muestra de apoyo es una respuesta directa a lo que el bloque europeo considera intentos de interferencia de Moscú en los asuntos internos de la exrepública soviética, cuya estabilidad se ve amenazada por la guerra en la vecina Ucrania.