Esta reactivación del eje franco-alemán busca presentar un frente unido ante las amenazas geopolíticas, especialmente las provenientes de Rusia. En el marco del Consejo de Ministros franco-alemán, el presidente Emmanuel Macron y el canciller Friedrich Merz anunciaron un "diálogo estratégico" sobre la disuasión nuclear, un tema históricamente sensible.
Ambos líderes reiteraron su compromiso con una cooperación más profunda en seguridad, economía y migración.
La situación en Ucrania es un punto central de sus discusiones, y su colaboración se extiende a la política exterior en la región. Un ejemplo de ello fue su viaje conjunto a Moldavia, junto al primer ministro polaco, para mostrar su respaldo a la aspiración de este país de unirse a la Unión Europea frente a las presiones del Kremlin. Durante su visita a Chisináu, Macron enfatizó que "la UE no amenaza a nadie y respeta la soberanía de todos", en clara contraposición a las acciones de Rusia. Merz, por su parte, afirmó que "la puerta de la Unión Europea está abierta" para Moldavia. Este fortalecimiento de la cooperación bilateral es visto como esencial para la estabilidad y la capacidad de respuesta de Europa ante la agresión rusa y otros desafíos de seguridad en el continente.