Se enmarca en una estrategia más amplia para convertir al ejército alemán en uno de los más capaces de Europa. La preocupación por una posible confrontación en el continente ha llevado a Alemania a reevaluar su postura de defensa, que durante décadas se había centrado en misiones internacionales de menor escala.

El aumento del reclutamiento es visto como un paso fundamental para prepararse ante un conflicto de alta intensidad.

Esta iniciativa alemana se suma a los esfuerzos de otros países europeos, especialmente los del flanco oriental, que también están incrementando sus presupuestos de defensa y reforzando sus fronteras.

La medida refleja un cambio significativo en la política de seguridad de Alemania, impulsado directamente por la invasión rusa de Ucrania y la inestabilidad geopolítica resultante en Europa.