El gobierno alemán ha dado luz verde a un nuevo modelo de servicio militar, basado inicialmente en el reclutamiento voluntario, con el objetivo de fortalecer sus fuerzas armadas y aumentar el número de reservistas. Esta decisión, tomada 15 años después de la supresión del servicio militar obligatorio, es una respuesta directa a la percepción de una creciente "amenaza rusa" y una señal de su compromiso con la OTAN y la seguridad europea. El canciller Friedrich Merz y el ministro de Defensa, Boris Pistorius, presentaron el proyecto, que busca incentivar la inscripción de voluntarios ofreciendo un salario atractivo y beneficios como atención médica gratuita. Analistas interpretan esta medida como un mensaje claro a Rusia sobre la determinación de Berlín de reforzar sus capacidades defensivas.
Se enmarca en una estrategia más amplia para convertir al ejército alemán en uno de los más capaces de Europa. La preocupación por una posible confrontación en el continente ha llevado a Alemania a reevaluar su postura de defensa, que durante décadas se había centrado en misiones internacionales de menor escala.
El aumento del reclutamiento es visto como un paso fundamental para prepararse ante un conflicto de alta intensidad.
Esta iniciativa alemana se suma a los esfuerzos de otros países europeos, especialmente los del flanco oriental, que también están incrementando sus presupuestos de defensa y reforzando sus fronteras.
La medida refleja un cambio significativo en la política de seguridad de Alemania, impulsado directamente por la invasión rusa de Ucrania y la inestabilidad geopolítica resultante en Europa.
En resumenLa reintroducción de una forma de servicio militar en Alemania, aunque voluntaria, marca un punto de inflexión en su política de defensa post-Guerra Fría. Impulsada por la amenaza rusa, la medida busca fortalecer significativamente sus fuerzas armadas y enviar un mensaje de disuasión a Moscú, consolidando su papel como pilar de la seguridad europea.