En su discurso, Zelenski adoptó un tono emotivo, destacando la aspiración a una "paz justa, segura y duradera".
Sin embargo, la conmemoración estuvo lejos de ser pacífica. Ucrania lanzó una serie de ataques con drones contra territorio ruso, uno de los cuales provocó un incendio en la planta nuclear de Kursk, aunque sin causar víctimas ni fugas de radiación. Zelenski justificó estas acciones como una respuesta a la agresión de Moscú: "Así es como Ucrania ataca cuando se ignoran sus llamados a la paz". Por su parte, Rusia también lanzó ataques sobre Ucrania, y un dron mató a una mujer en la región de Dnipropetrovsk. En un gesto humanitario en medio de las hostilidades, ambos países realizaron un intercambio de 146 prisioneros de cada bando, con la mediación de Emiratos Árabes Unidos. Líderes mundiales, incluido el papa León XIV, enviaron mensajes de apoyo y oraron por la paz, pidiendo "caminos de paz" y diálogo para el "martirizado país".