La Unión Europea ha reafirmado su compromiso con Ucrania, anunciando la preparación de un decimonoveno paquete de sanciones contra Rusia y avanzando en la planificación de misiones de apoyo para el escenario posguerra. La agresión rusa, evidenciada por el reciente ataque que dañó la delegación de la UE en Kiev, ha fortalecido la determinación del bloque para aumentar la presión sobre el Kremlin y garantizar la seguridad a largo plazo de Ucrania. La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, declaró que es crucial "estar preparados para garantizar la seguridad de Ucrania 'el día después'". En una reunión informal de ministros de Defensa en Copenhague, se discutió la modificación del mandato de las misiones de entrenamiento militar para adaptarlas a un contexto de paz. Varios ministros, como el sueco Pål Jonson y la luxemburguesa Yuriko Backes, señalaron que el envío de tropas europeas sobre el terreno podría considerarse, pero solo después de un alto el fuego o un acuerdo de paz.
Kallas subrayó que la respuesta a la agresión rusa debe ser contundente: "Lo que tenemos que hacer es aumentar la presión sobre Rusia. Esto es realmente lo que ellos entienden, la presión".
Por ello, la UE espera presentar el nuevo paquete de sanciones a finales de septiembre, centrándose en los sectores energético y financiero para dificultar el acceso de Moscú al capital. Además, líderes como el ministro de Defensa danés, Troels Lund Poulsen, instaron a incrementar el apoyo financiero a la industria de defensa ucraniana, que necesita miles de millones de dólares para alcanzar su máximo potencial.
En resumenAnte la persistente agresión rusa, la Unión Europea está intensificando su doble estrategia: por un lado, prepara nuevas y más duras sanciones para debilitar a Moscú y, por otro, planifica activamente el futuro de la seguridad de Ucrania con misiones de entrenamiento y apoyo industrial para el período posterior al conflicto.