Además, el papa León XIV expresó su cercanía espiritual y oró por la paz. Sin embargo, el día también estuvo definido por la guerra.

Por un lado, se produjo un significativo gesto humanitario con un intercambio de prisioneros en el que cada bando liberó a 146 militares. Por otro lado, la confrontación militar se intensificó. Ucrania lanzó una serie de ataques con drones en territorio ruso, a lo que el presidente Zelenski se refirió diciendo: "Así es como Ucrania ataca cuando se ignoran sus llamados a la paz". Simultáneamente, Rusia acusó a Ucrania de haber atacado la planta nuclear de Kursk. Esta combinación de conmemoración, diplomacia, gestos humanitarios y acciones militares refleja la compleja realidad de una nación en guerra.