La mayoría de estos combatientes son expolicías o exmilitares, incluso pensionados, para quienes sus ingresos no son suficientes para el sustento familiar. Este fenómeno pone de manifiesto cómo las consecuencias de la guerra en Ucrania se extienden globalmente, atrayendo a personas de países con dificultades económicas a sus peligrosas líneas de frente.
