Actualmente, gran parte del Donbás sigue siendo un frente activo.

Aunque Rusia controla casi toda Lugansk y una parte considerable de Donetsk, Ucrania mantiene bastiones importantes como Sloviansk y Kramatorsk. Para Rusia, el control total de la región, especialmente de Donetsk, es una exigencia clave para una tregua. Analistas señalan que esta región funciona como un "cinturón de defensa" para Kiev; perderlo dejaría a Ucrania mucho más vulnerable a futuros ataques.

Todas las conversaciones de paz, según los artículos, conducen inevitablemente a la cuestión del Donbás, que se ha convertido en el punto más grueso de las negociaciones. El presidente Zelenski ha insistido en la integridad territorial de su país, mientras que Rusia busca que las fronteras se mantengan como están actualmente, lo que implicaría la cesión de los territorios ocupados.