Según el comunicado, "entre los repatriados se encuentran cinco cuerpos de soldados ucranianos que fallecieron en prisión". Las autoridades de Kiev protestaron enérgicamente, afirmando que los prisioneros "gravemente heridos y gravemente enfermos" debían ser incluidos en las listas de intercambio de prisioneros vivos, según lo pactado en las reuniones de Estambul. Acusaron a la parte rusa de continuar postergando la liberación de los enfermos y de no cumplir con sus responsabilidades.

Este suceso, aunque permite a las familias dar sepultura a sus seres queridos, también evidencia la profunda desconfianza y las acusaciones mutuas que complican incluso los aspectos humanitarios del conflicto.