Aunque las defensas ucranianas lograron neutralizar una gran mayoría de los proyectiles, se registraron impactos en al menos 11 localidades a lo largo del país, causando víctimas y daños significativos. Las autoridades regionales de Leópolis, en el oeste, reportaron al menos una persona muerta y varios heridos. Uno de los objetivos alcanzados fue una planta de la empresa de electrónica Flex, de propiedad estadounidense, en la región de Zakarpatia, donde resultaron heridas 19 personas. Andy Hunder, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Kiev, denunció que "Rusia continúa destruyendo y humillando a las empresas estadounidenses en Ucrania".

El presidente Zelenski lamentó que Moscú actuara "como si nada hubiera cambiado", y calificó los ataques como un intento de "humillar los esfuerzos diplomáticos". Esta acción militar simultánea a las conversaciones de paz es interpretada como una demostración de fuerza de Rusia para condicionar cualquier futura negociación y reforzar su posición en el campo de batalla.