Durante las reuniones en Washington, el presidente Donald Trump aseguró que Estados Unidos respaldará a Ucrania, pero descartó rotundamente el envío de tropas terrestres, sugiriendo que esa responsabilidad debería recaer en aliados europeos como Francia, Alemania y Reino Unido.
Trump se mostró abierto a proporcionar apoyo aéreo como parte de estas garantías.
La discusión ha girado en torno a un modelo similar al Artículo 5 de la OTAN, que establece un principio de defensa colectiva. El secretario general de la alianza, Mark Rutte, aclaró que la membresía plena de Ucrania no está en discusión, pero sí se analizan mecanismos que emulen dicho principio. Los líderes militares de la OTAN también se reunieron para diseñar un marco de protección. Desde la perspectiva rusa, cualquier despliegue de tropas europeas en Ucrania es “absolutamente inaceptable”. El canciller Serguéi Lavrov advirtió que discutir la seguridad en la región sin tener en cuenta los intereses de Rusia sería “una utopía, un camino a ninguna parte”.
Ucrania, por su parte, considera estas garantías un requisito indispensable antes de cualquier cumbre con Putin. Zelenski espera que la “arquitectura de garantías de seguridad” esté definida en un plazo de siete a diez días, mencionando un paquete que podría incluir sistemas de defensa aérea y aviones por valor de 90.000 millones de dólares.