Estos ataques afectaron a los gasoductos Nord Stream 1 y 2, construidos para transportar gas natural desde Rusia a Alemania a través del mar Báltico.

Según la fiscalía, se cree que el sospechoso formaba parte de un grupo de personas que colocaron los artefactos explosivos en los gasoductos. Este acontecimiento representa un avance crucial en una investigación que ha estado rodeada de especulaciones y tensiones geopolíticas desde que ocurrieron las explosiones. La implicación directa de un ciudadano ucraniano, si se confirma, podría tener importantes repercusiones diplomáticas, añadiendo una nueva dimensión a las narrativas sobre el conflicto y las operaciones encubiertas relacionadas con él.