Zelenski, a su vez, sugirió sedes neutrales como Suiza, Austria o Turquía, y descartó explícitamente Budapest por la postura del gobierno húngaro.

El presidente francés, Emmanuel Macron, apoyó la idea de Ginebra como sede. En un movimiento significativo, el gobierno suizo declaró que otorgaría inmunidad a Putin frente a la orden de arresto de la Corte Penal Internacional si asistiera a una conferencia de paz en su territorio.

Sin embargo, desde el Kremlin se ha intentado rebajar las expectativas.

El ministro Lavrov advirtió que cualquier reunión de alto nivel debe ser “preparada con el máximo cuidado” y no realizarse solo por un “beneficio propagandístico”.

Además, Rusia ha puesto en duda la legitimidad de Zelenski para negociar, lo que añade una capa de complejidad al ya difícil proceso de organizar una cumbre.