“Es inconcebible que mientras muchos sectores pasan días sin una gota, aquí se esté perdiendo tanta agua”, manifestaron líderes del barrio, quienes exigen una respuesta inmediata y un mejor mantenimiento preventivo.
Paralelamente, en El Rodadero, uno de los principales balnearios de la ciudad, los rebosamientos de alcantarillado en la Carrera 1 con calle 6 se han vuelto un problema reiterado. Comerciantes y operadores turísticos denuncian que las aguas residuales, que brotan de manjoles obstruidos, afectan gravemente la imagen del destino, generan incomodidad entre los visitantes y reducen las ventas. Aseguran que la situación provoca “pena ajena” y evidencia una falta de mantenimiento por parte de Essmar. Estas fallas crónicas contrastan con el anuncio de un presupuesto de 756.000 millones de pesos para el suministro de agua, lo que intensifica el escrutinio público sobre la gestión de la empresa y la ejecución de los recursos destinados a solucionar una de las problemáticas más sentidas por los samarios.








