Por un lado, se consolida como sede de grandes encuentros internacionales, siendo la elección para albergar la IV Cumbre CELAC-UE 2025 un pilar fundamental.
Esta visión se complementa con la iniciativa “Santa Marta Eventful”, que busca atraer festivales y convenciones. Para ello, se está ejecutando un ambicioso plan de infraestructura que incluye la construcción de seis muelles turísticos en zonas como El Rodadero y Taganga, y la ampliación del aeropuerto. Por otro lado, la estrategia capitaliza su entorno natural único, rodeado por la Sierra Nevada y el mar Caribe.
Se promueven activamente rutas de ecoturismo y etnoturismo con las comunidades indígenas arhuacas, koguis, wiwas y kankuamas.
Además, se impulsa el turismo científico en colaboración con entidades como el BID y la Universidad del Magdalena para investigar la biodiversidad y generar ingresos locales sostenibles.
Los resultados ya son visibles: en 2024 la ciudad recibió más de tres millones de visitantes y el número de prestadores de servicios turísticos registrados creció un 14% hasta junio de 2025.
La administración local considera esta transformación “una oportunidad histórica para fortalecer la integración regional, impulsar el desarrollo sostenible y posicionar a Santa Marta como un epicentro cultural y natural”.







