El comerciante, identificado como Martín Oñate, fue capturado en su vivienda en el barrio María Eugenia tras un allanamiento donde se incautaron varias armas traumáticas.
Según las autoridades, Oñate estaría vinculado con la venta de este armamento a bandas dedicadas al hurto en la ciudad.
Sin embargo, él sostiene que todo el material decomisado cuenta con la documentación legal para su comercialización y porte. “Esta es una persecución que tienen las autoridades contra mí, la vez pasada me capturaron también sin tener motivos”, afirmó el comerciante.
Este caso evidencia una problemática compleja: la venta de armas traumáticas es legal en Colombia si se cumplen los permisos correspondientes, pero la Policía asegura que gran parte de los robos en Santa Marta se cometen con ellas, ya que pueden ser manipuladas para aumentar su letalidad.
Por esta razón, las autoridades han intensificado los operativos para controlar su porte y circulación.
El caso de Oñate se encuentra ahora en manos de las autoridades competentes, quienes deberán determinar si existe responsabilidad penal o si, como él afirma, se trata de un comerciante que cumple con la ley.







