Las autoridades reportaron la muerte de al menos dos personas en circunstancias trágicas directamente relacionadas con la tormenta: un hombre que fue alcanzado por un rayo mientras se resguardaba bajo un árbol cerca del río Manzanares y un joven que falleció en la Piscina Olímpica. La infraestructura educativa también sufrió graves daños; instituciones como el IED Madre Laura y el Rodrigo de Bastidas reportaron inundaciones en sus instalaciones, lo que obligó a la suspensión de clases y evidenció problemas estructurales preexistentes. Incluso obras emblemáticas como la Megabiblioteca sufrieron filtraciones en su auditorio.

Ante la crisis, la Alcaldía Distrital, encabezada por Carlos Pinedo Cuello, declaró la alerta naranja y activó una Sala de Crisis para coordinar la respuesta de los organismos de socorro, que se desplegaron para atender a las comunidades y realizar la remoción de sedimentos. La emergencia subraya la vulnerabilidad de Santa Marta ante fenómenos climáticos extremos y la urgencia de fortalecer sus sistemas de drenaje y gestión de riesgos.