Unas lluvias torrenciales de más de tres horas, asociadas a la tormenta tropical Melissa, sumieron a Santa Marta en una grave emergencia el 20 de octubre. El fenómeno climático provocó el colapso de la ciudad, con un trágico saldo de víctimas mortales y extensos daños materiales en múltiples sectores. La magnitud del aguacero desbordó la capacidad de la infraestructura urbana, convirtiendo avenidas principales como la del Ferrocarril y la Calle 22 en ríos que arrastraban vehículos y escombros. Barrios como Pescaíto, San Fernando, Bastidas y El Pando sufrieron inundaciones severas, con el agua superando el metro de altura en algunas viviendas y forzando a numerosas familias a evacuar y lamentar la pérdida de sus enseres.
Las autoridades reportaron la muerte de al menos dos personas en circunstancias trágicas directamente relacionadas con la tormenta: un hombre que fue alcanzado por un rayo mientras se resguardaba bajo un árbol cerca del río Manzanares y un joven que falleció en la Piscina Olímpica. La infraestructura educativa también sufrió graves daños; instituciones como el IED Madre Laura y el Rodrigo de Bastidas reportaron inundaciones en sus instalaciones, lo que obligó a la suspensión de clases y evidenció problemas estructurales preexistentes. Incluso obras emblemáticas como la Megabiblioteca sufrieron filtraciones en su auditorio.
Ante la crisis, la Alcaldía Distrital, encabezada por Carlos Pinedo Cuello, declaró la alerta naranja y activó una Sala de Crisis para coordinar la respuesta de los organismos de socorro, que se desplegaron para atender a las comunidades y realizar la remoción de sedimentos. La emergencia subraya la vulnerabilidad de Santa Marta ante fenómenos climáticos extremos y la urgencia de fortalecer sus sistemas de drenaje y gestión de riesgos.
En resumenLas intensas lluvias del 20 de octubre causaron una emergencia en Santa Marta, resultando en dos muertes confirmadas, inundaciones generalizadas en numerosos barrios y daños significativos a la infraestructura, incluyendo colegios y la Megabiblioteca. La Alcaldía declaró alerta naranja y activó los protocolos de emergencia para atender a los damnificados, mientras la ciudad enfrenta las consecuencias de su vulnerabilidad climática.