Se encontraba en Santa Marta con un permiso especial para visitar a sus hijos.

Fue condenado en 2019 a 23 años de prisión por el homicidio agravado y desaparición forzada de Zapa Pérez en 2014, pero solo cumplió una parte de la pena en un centro carcelario antes de obtener el beneficio de detención domiciliaria hace aproximadamente cuatro meses. Este caso ha llamado la atención sobre la situación de otros implicados en el mismo crimen que también han evadido la justicia tras recibir beneficios, como su esposa Suad Nairut López, actualmente prófuga, y el determinador del crimen, Jesús Henao Sarmiento, quien también escapó. Las autoridades policiales, que mantienen vigilancia en el hospital donde Hernández se encuentra con pronóstico reservado, investigan si el ataque está relacionado con su pasado criminal o posibles retaliaciones, sin que hasta el momento se hayan producido capturas.