Sin embargo, este esfuerzo por el ordenamiento se ve opacado por una severa crisis sanitaria.

Se han reportado desbordamientos de aguas residuales “en pleno corazón del mercado público”, una situación que genera olores nauseabundos y un ambiente de insalubridad que afecta tanto a comerciantes como a compradores. Esta problemática, atribuida a fallas en el sistema de alcantarillado gestionado por Essmar, contrasta fuertemente con los intentos de mejorar la imagen y funcionalidad del sector, evidenciando que una solución integral requiere no solo la organización del comercio, sino también una inversión urgente en la infraestructura de saneamiento básico.