El panorama de seguridad en Santa Marta muestra una compleja dualidad, marcada por un notable incremento de la violencia y la persistencia de la extorsión, que contrasta con los esfuerzos y resultados operativos de las autoridades. La comunidad exige respuestas más contundentes ante el deterioro de la convivencia. Un reciente "fin de semana sangriento" que dejó cinco personas asesinadas elevó la cifra de homicidios en la ciudad a 107 en lo que va de 2025, generando alarma entre los ciudadanos. Paralelamente, el Gaula de la Policía Metropolitana ha reportado un aumento en las capturas por el delito de extorsión, un resultado que atribuyen a una mayor confianza de los comerciantes para denunciar. Sin embargo, esta percepción positiva choca con la realidad de las zonas rurales de la ciudad, como Bonda y Minca, donde propietarios y comerciantes aseguran seguir siendo intimidados por grupos armados.
Un comerciante relató: “Si no se paga lo que piden, dicen que volverán para matarnos”.
La respuesta institucional incluye campañas de prevención en zonas turísticas como El Rodadero y Taganga, articuladas entre la Alcaldía y los gremios. Como muestra de la capacidad operativa, la Policía también informó la captura de un sujeto con circular roja de Interpol por el delito de acto sexual violento. Esta situación refleja un desafío mayúsculo para la administración, que debe contener la criminalidad mientras fortalece la confianza ciudadana.
En resumenSanta Marta enfrenta una compleja situación de seguridad, con un alarmante aumento de crímenes violentos y extorsión que preocupan a la ciudadanía, mientras las autoridades intensifican sus operativos y reportan capturas importantes.