Los afectados denuncian abandono institucional, pérdidas económicas y serios riesgos para la salud pública.
El colapso del sistema de alcantarillado ha convertido el trabajo diario en una “pesadilla” para los vendedores, quienes se ven obligados a operar en medio de charcos de aguas contaminadas. Este problema no solo genera un ambiente insoportable por los olores fétidos, sino que también representa una amenaza directa para la salud de comerciantes y compradores, con el riesgo de contaminar los alimentos que allí se comercializan. Económicamente, la situación es insostenible, ya que los vendedores reportan una drástica caída en sus ventas debido a que los clientes evitan el lugar por las condiciones insalubres, lo que se traduce en pérdidas significativas. Los comerciantes expresan un profundo sentimiento de abandono institucional, afirmando que, a pesar de las múltiples quejas, no han recibido una solución efectiva y duradera. La recurrencia del problema sugiere una falla estructural que requiere una intervención de fondo por parte de las autoridades locales y las empresas de servicios públicos para restaurar condiciones dignas y seguras en este importante centro de comercio.