Mientras la Alcaldía de Santa Marta gestiona y entrega ayudas humanitarias a miles de familias damnificadas por las fuertes lluvias, otro sector de la ciudad, los comerciantes del Mercado Público, enfrenta una crisis sanitaria por el colapso del sistema de alcantarillado, evidenciando los desafíos multifacéticos que la temporada invernal impone sobre la ciudad. En respuesta a la emergencia del 3 de agosto y las lluvias subsiguientes, la administración de Carlos Pinedo Cuello anunció la entrega de ayudas a 3.363 familias en 54 barrios. Durante el fin de semana, ya se habían entregado apoyos a 604 familias, consistentes en colchones, kits de alimentos y elementos de aseo.
El alcalde reafirmó su compromiso, declarando que "esta ciudad se levanta unida y con esperanza".
Sin embargo, este esfuerzo contrasta fuertemente con la situación que viven los comerciantes y usuarios del Mercado Público.
En este importante centro de abastos, las lluvias han provocado el desbordamiento de las alcantarillas, obligando a los vendedores a trabajar en medio de aguas negras y malos olores.
Los comerciantes denuncian no solo pérdidas económicas significativas, sino también graves riesgos para la salud pública y un sentimiento de abandono institucional. Esta dualidad de escenarios muestra que, si bien la respuesta humanitaria del gobierno distrital está en marcha para los afectados en sus viviendas, persisten graves fallas de infraestructura en espacios públicos vitales que también requieren atención urgente para mitigar el impacto de la ola invernal.
En resumenLa respuesta a la emergencia invernal en Santa Marta muestra dos caras: por un lado, la Alcaldía distribuye ayudas humanitarias a familias damnificadas; por otro, los comerciantes del Mercado Público sufren por el colapso de alcantarillas, denunciando abandono.