Este bloqueo sugiere una falta de coordinación o posibles tensiones políticas entre el gobierno distrital y el departamental.

La consecuencia directa de esta parálisis es que los recursos, ya asegurados, no pueden ser invertidos en las mejoras que las comunidades necesitan y para las cuales fueron gestionados. La situación pone en evidencia cómo las disputas burocráticas o políticas en los altos niveles de gobierno pueden tener un impacto negativo tangible en el desarrollo de base y en la capacidad de las organizaciones comunitarias para ejecutar proyectos en sus propios territorios.