Una serie de homicidios perpetrados por sicarios ha generado preocupación en Pereira, evidenciando la persistencia de la violencia selectiva en la ciudad. Dos casos recientes, ocurridos en un breve lapso, ilustran la crudeza de estos ataques planificados que terminaron con la vida de tres personas. El primer incidente tuvo lugar el domingo 9 de noviembre, alrededor de las 3:20 de la tarde, en la 'viejoteca El Despecho', un conocido establecimiento público. En este lugar, dos amigos de larga data que compartían una tarde de música y bebidas fueron sorprendidos por sicarios que ingresaron al local y abrieron fuego indiscriminadamente sin mediar palabra, causando la muerte de ambos. Este ataque en un espacio concurrido y a plena luz del día resalta la audacia de los perpetradores y el riesgo para la población civil.
Pocos días después, se registró otro crimen con características de sicariato. Yorgis García Hidrobo, conocido con el alias de 'el Costeño', fue asesinado a la 1:30 de la tarde.
Este no era el primer atentado en su contra; ya había sobrevivido a un ataque en 2023.
Sin embargo, en esta ocasión, los atacantes se aseguraron de cumplir su objetivo, lo que sugiere una planificación y determinación por parte de sus verdugos.
Ambos eventos, aunque aparentemente no relacionados, apuntan a la actividad de redes criminales que recurren al asesinato por encargo para resolver disputas o ajustar cuentas. Estos hechos contrastan con las cifras generales de reducción de delitos como el hurto y plantean un desafío complejo para las autoridades, que deben combatir no solo la delincuencia común, sino también las estructuras de crimen organizado que operan en la región.
En resumenLa ocurrencia de dos ataques sicariales en un corto período, que resultaron en la muerte de tres personas, incluyendo un doble homicidio en un lugar público y el asesinato de un hombre que ya había sobrevivido a un atentado, subraya los desafíos de seguridad que enfrenta Pereira frente a la violencia planificada.