1448, con una inversión cercana al medio billón de pesos. En este acuerdo histórico participaron el Ministerio de Vivienda, las alcaldías de Pereira y Dosquebradas, las empresas de servicios públicos Aguas y Aguas de Pereira y Serviciudad, y la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder). La consolidación de esta alianza interinstitucional asegura el avance hacia la licitación, adjudicación e intervención del proyecto, cuya culminación está proyectada para el año 2031. El alcalde de Pereira, Mauricio Salazar, celebró el acuerdo como una garantía para sanear las fuentes hídricas, afirmando que genera “un impacto ambiental a nivel municipal, metropolitano y regional”.

Por su parte, Mónica Saldarriaga, gerente de Aguas y Aguas, destacó la trascendencia de la obra con una analogía clara: “Nadie quiere tener la casa sucia... Eso significa la PTAR: que las aguas residuales ya no llegarán a los ríos Otún y Consota, sino que serán tratadas y devueltas limpias”.

Este logro es especialmente notable, como señala un artículo de opinión, dado que se concreta en un contexto de relaciones complejas con el gobierno nacional. La PTAR no solo busca recuperar el equilibrio ecológico de las cuencas y reducir la contaminación, sino también mejorar la calidad de vida de los habitantes y asegurar la sostenibilidad del recurso hídrico para futuras generaciones.