Además del riesgo de deslizamientos, se mantiene una vigilancia especial sobre los ríos que atraviesan el territorio, como el Otún, el Cauca y el Risaralda, que se encuentran en alerta naranja por posibles crecientes súbitas. Las autoridades han enfatizado que la temporada de lluvias podría extenderse hasta comienzos de 2026, lo que convierte la prevención en una tarea de largo aliento. Este escenario subraya la vulnerabilidad de la ciudad ante fenómenos climáticos extremos y la necesidad de un monitoreo constante, intervenciones en infraestructura y, crucialmente, la colaboración ciudadana para reportar emergencias y evitar tragedias.