Las pérdidas económicas para los transportadores y comerciantes fueron millonarias, estimadas entre mil y mil quinientos millones de pesos diarios, ya que los vehículos debían tomar rutas alternas mucho más largas.

La situación fue descrita por habitantes como David Arango, quien afirmó: “Uno queda confinado… al subir la gasolina, pues igualmente suben los alimentos y finalmente sube todo”. Los líderes de la protesta, como Víctor Miguel Moreno, denunciaron la ausencia de representantes del Ministerio del Interior e Invías en el lugar para dialogar y ofrecer soluciones. La tensión creció a medida que los transportadores atrapados pedían que se les permitiera el paso, mientras las comunidades advertían que el bloqueo se mantendría hasta recibir una respuesta formal y por escrito del gobierno.