Sin embargo, esta excelencia tiene un costo asociado.

Un análisis de la percepción ciudadana la describe como "acogedora, gustosa y costosa". Se afirma que, entre las ciudades de su tipo, Pereira se ubica como la más cara, lo que plantea un desafío para la asequibilidad de la vivienda para los residentes locales. La alta demanda, tanto interna como externa, parece estar ejerciendo una presión al alza sobre los precios de los inmuebles y los alquileres, creando un mercado vibrante para los inversores pero cada vez más exigente para el bolsillo de quienes buscan un hogar en la ciudad.