Las autoridades civiles y militares de Risaralda han endurecido las medidas de seguridad en el departamento como respuesta al aumento de homicidios y la creciente presencia de grupos armados ilegales, como el Clan del Golfo. La situación ha generado máxima alerta, especialmente en el occidente del departamento, con repercusiones en la percepción de seguridad de toda la región, incluida Pereira. En un Consejo Extraordinario de Seguridad, se reconoció la gravedad de la coyuntura y se acordaron acciones inmediatas para enfrentar la expansión de estas estructuras que buscan controlar corredores estratégicos. La preocupación se intensificó tras el hallazgo de tres personas asesinadas en el municipio de Mistrató, uno de los cuerpos marcado con las siglas del Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), brazo armado del Clan del Golfo. Además, la aparición de grafitis con estas mismas siglas en viviendas de la zona ha sido interpretada como un intento de intimidar a la población civil y evitar que colaboren con las autoridades. Einsehower Djanon Zapata, vocero del Movimiento Nacional de las Víctimas del Conflicto Armado, calificó los asesinatos como “macabros” y advirtió que estas acciones buscan sembrar miedo y someter a las comunidades.
Aunque los hechos más violentos se han concentrado en municipios como Mistrató, la estrategia de seguridad adoptada tiene un alcance departamental, pues busca evitar que estos grupos consoliden su presencia y afecten la tranquilidad de centros urbanos como Pereira.
En resumenAnte la creciente amenaza del Clan del Golfo en Risaralda, evidenciada por homicidios e intimidaciones en Mistrató, las autoridades departamentales han activado un plan de seguridad reforzado para contener la expansión de estos grupos y proteger a la población.