Los datos son preocupantes: la edad promedio de inicio de consumo es de 14 años, y se han registrado casos de niños de hasta 10 años que ya los utilizan. Según el Estudio Nacional de consumo de sustancias psicoactivas en población escolar (2022), uno de cada cinco escolares entre los grados séptimo y once en Colombia ha usado un cigarrillo electrónico alguna vez. La evidencia científica refuta la idea de que estos dispositivos son inofensivos, demostrando que afectan la maduración del sistema nervioso, aumentan el riesgo de ansiedad, agravan síntomas de asma y elevan la probabilidad de desarrollar otras adicciones.

Además, su uso se asocia con mayores riesgos de enfermedades cardiovasculares y pulmonares.

La conferencia en Pereira no solo pretende informar sobre estos peligros, sino también socializar estrategias de prevención y discutir la necesidad de una regulación más estricta, en línea con las recomendaciones internacionales.